Como muchos amigos y familiares de Pilar y Adolfo pueden imaginar, fue una preboda de risas y carcajadas por doquier. Esto hizo que pasáramos una divertida tarde por Altea donde el tiempo pasó muy rápido.
Todos sabemos el encanto que tiene Altea en su casco antiguo, pero en este caso, por mi parte, no quería abusar de tomar fotografías de sus calles típicas y prefería mostrar otras partes que encajaran también con esta maravillosa pareja.
Por ser un fin de semana caluroso, empezamos por la parte antigua de Altea, aprovechando la sombra que nos proporcionaban sus calles estrechas y poco a poco fuimos descendiendo al igual que el sol y su luz, hasta llegar a las zonas de playa donde tras unas cuantas fotografías dimos por finalizada la sesión.
En este caso en concreto, y porque así me he comprometido con ellos, solo mostraré las mínimas fotos, dejando para su disfrute el resto de fotografías que ya compartirán de forma personal con sus familias y amigos.
Muchas gracias pareja, nos vemos en la boda…
Si queréis ver algunas prebodas más, aquí tenéis unas cuantas…